sábado, 24 de mayo de 2014

Llegó el día...


En dos horas Lisboa se convertirá en la capital mundial del fútbol, y a su vez Madrid... El espectáculo que se vivirá en Da Luz será histórico. Histórico porque todos los ingredientes hacen del partido uno de los mejores de los todos los tiempos. Se enfrentan el orgullo y la lucha, la magia y el trabajo, el individualismo perfecto contra el bloque, el equipo. Da igual que Pepe no llegue, está Varane, no importa que Costa, Benzema y Cristiano lleguen tocados, es una final, hoy los miedos hay que dejarlos atrás, es el momento de desprenderse de los temores, el día para jugarlo todo, o perder, porque ya lo dice el dicho: "las finales no se juegan, se ganan". En días como hoy se crean leyendas, no hay lugar para la derrota.

Y parece mentira, pero en ellos estará el resultado, en ellos ha estado llegar a este momento: Ancelotti y Simeone representan el fútbol en todo su esplendor, cada uno a su manera. El italiano con su temple, su pausa, su capacidad de mediación, de saber soportar la carga de todo lo que conlleva ser el entrenador que traiga la décima Copa de Europa al Real Madrid de una vez por todas y convertirse, junto al mítico Bob Pasley, en el único entrenador con tres Champions League en su haber. El 'Cholo' es otra cosa, lo que ha conseguido el argentino supera la barrera de lo imaginable, la temporada realizada por el equipo rojiblanco entrará a formar parte de la historia, ya no solo de este club, sino del fútbol en general, porque ellos son el rival pequeño, son la representación de la superación, del esfuerzo, la imagen llevada a fútbol de al que nunca le han regalado nada y ha tenido que pelearlo todo. Por todo eso y más, un millón de aplausos se quedan cortos para el que un día fuera tan sólo un jugador más del Atlético.

La historia ha citado al Atlético y al Real Madrid en Lisboa. Los dos pelearán hasta la muerte por el título, unos porque llevan esperando este momento durante doce años, otros porque lo llevan esperando toda la vida. Es un día en el que el que salga vencedor lo será de forma aplastante, y no sólo por lo que ocurra hoy, si no porque escribirá este capítulo en letras de oro y sangre en su historia y sobre todo en la del rival. Llegó el día, para unos y para otros. Décima o primera, que más da, llegó la hora de la verdad.

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